viernes, 28 de octubre de 2011

Tercer Aniversario del Blog



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un abrazo por seguir La Versión de los Testigos.

martes, 4 de octubre de 2011

Primera Plana: Los Puentes Peatonales de la Ciudad





















Dije que el mar es algo así como esa diaria muerte
de mi cuerpo. Hoy me sale lo bronco
y me revuelvo, hoy me sale lo herido
y me desgarro –perdón por esta forma
de amargura, pero es que hoy
de muy dentro me sale lo animal desbocado,
la verdadera furia que me empuja:
esto de maldecir espinas por la boca
lo formalmente triste
lo exactamente amargo como el llanto.


El Turno del Aullante de Max Rojas



PRIMERA PLANA: LOS PUENTES PEATONALES DE LA CIUDAD



En los últimos años los conflictos de la llamada seguridad o el fallido estado de derecho han tomado un papel preponderante en la temporalidad de las historias que se van desarrollando dentro del contexto y ante los ojos del escritor. Ya no resulta extraño ver en los estantes de las librerías o en las mesas de café, algún libro o revista que tenga como referencia principal el momento histórico que se atraviesa. La tradición literaria en México siempre ha tenido un vínculo con las realidades actuales de su espacio, tiempo y circunstancia destacando los momentos precisos del determinado contexto. Pero en esta ocasión aún cuando todo puede indicar que estamos ante un ejemplo anteriormente citado, surgen estos elementos en un género en el que parecía difícil lograr aterrizar: la Poesía, este es el caso de SERIAL de la Editorial Tierra Adentro 2011 de Antonio Salinas Bautista, un libro de poesía que engloba los elementos referidos de un momento actual, pero que el autor logra despegar esa realidad en los poemas.


El libro de poemas SERIAL mantiene esa complicidad del autor-lector durante toda la travesía, situación que no sucede con la narrativa que últimamente ha tomado de los temas sociales como el narcotráfico y la violencia, elementos indispensables para su obra, esto no quiere decir que sea vetado, pero si ya un tema por demás concurrido. En SERIAL, se deja a la vista la intertextualidad del poema, para reconstruir un mundo que es conocido por muchos pero incapaz de ser nombrado, con un lenguaje no exento de lirismo pero capaz de penetrar el oído de todo lector cuando el autor menciona: Al principio los nombres iban de la mano con ciertas horas de la noche/ Los habitantes nos desplegábamos un tanto proxenetas con la turbia alegría a casa/ Como a ti, afable lector, a mí la ciudad también me mancha de malva desnudez/.

El alto impacto del tema que se aborda hace que el lector medite acerca de su entorno, sin descuidar en su reflexión las realidades siempre íntimamente ligadas a la condición humana, como es la muerte y el amor y cito: La brisa del ocaso ordena un poco el entorno, / se lleva el tufo de la quemada noche y el sabor amargo del pavimento/.

La ciudad es el espacio donde todas las voces de SERIAL convergen, son eco que retumba porque al igual que el autor en ocasiones también el lector olvida lo que aprende y cito: Con 666 caballos de fuerza, una, dos, tal vez tres vueltas a la manzana y la famélica citadina está de regreso, / con los ojos socavados. / Lo más suave es no hacerle parada, /tiene una ciudad caldeada como mi sangre. / La muerte no sabe de semáforos, sí de mi tristeza serial, sí del tiempo que no me enseñó que amé/.

Antonio Salinas parece tomar una fotografía instantánea de un puerto con insomnio, de una ciudad donde parece habitan dos en lugar de una, de las líneas imaginarias que sólo existen en los cuentos y cito: Un cerro divide mis pensamientos, / de este lado no sucede nada,/ juego a que soy un fantasma y me paseo entre torretas./ Alguien descubre mi violencia atada, ¿ qué podemos hacer, franco lector, si no aprendimos a bailar con náyades?/ Tras el cristal de una tumba hay un espejo quebrado,/ afuera la negrura, / puras palabras pero no palabras puras. /Acapulco es una cerveza quemada/.


Lo cierto es que varios autores en especial en el género narrativo han penetrado ciudades quemantemente desquebrajadas como: Elmer Mendoza en Balas de Plata, Arturo Pérez Reverte con La Reina del Sur y Yuri Herrera con Trabajos del Reino por mencionar algunos. Sin dejar de recordar que el tema de la violencia nunca ha sido privativo de luchas entre cárteles como también lo aborda Carlos Montemayor en Guerra en el Paraíso y La Guerrilla Recurrente. Lo que a los ojos de Lorenzo Meyer sería fallas de origen de nuestra transición democrática.


La única certeza es que en SERIAL, la originalidad con la que se aborda el tema hace que el lector nunca escape de la trama, de la persecución que ya conoce por las noticias pero que el poeta menciona: Ellos se adueñaron del tímido respiro de los peatones, / sobre una camioneta Liberty de púrpura tristeza, / de los días por venir y de mi gato/. La imagen del gato maúlla entre los poemas, entre la nostalgia de una niñez extraviada, donde la infancia de ayer sólo es un recuerdo inocente y cito: Y mi infancia no sabía de territorios en pugna: / sólo el de la línea naranja/ donde vivía la niña de mis atenciones, / donde no había levantones/ y los hombres sin cabeza/ tan sólo eran leyendas/ para que nos acostáramos temprano/.


SERIAL, permite que los lectores imaginen el puerto como si lo habitaran y para los que ya lo conocemos, nos brota un ayer donde sólo tengo recuerdos de un puerto de vacaciones pacíficas; ahora es distinto, el puerto ya no son las vacaciones, ahora camino por esa ciudad que es la ciudad de muchos, incluso de los que no viven allí porque en ella se reconocen, hoy la transito nuevamente en otras manos. El autor induce a una lectura de principio a fin que impide despegar los ojos de la página cuando la ciudad aparece a la vista y cito: Si al menos el corazón se desarmara/ no vería más como un cadáver/ a esta ciudad asechada/ por blancas sombras/ cual muros de manicomio/.


El poemario se destaca por una anunciación sagaz, por los vínculos que va creando a lo largo del poema, en las imágenes que se despuntan en cada dobles de calle, en los semáforos, en los puentes, en las arenas movedizas y en la cerveza pacífico del día. En medio de todo ello brota la arista amorosa del poeta cuando se detiene a las siguientes interrogantes: ¿quién se detendrá a preguntar de qué mueren los enamorados?, / ¿quién evitará nuestro encuentro?/ un día soñamos lo mismo y del sueño brotó el desasosiego/.


Antonio Salinas Bautista es un poeta que lejos del excentricismo o la novedad, ha sobresalido por una voz auténtica que no requiere de un lirismo exagerado o de contextos falsos, sino de lo que tiene a la mano, en su entorno y es lo que le otorga lo extraordinario a su poesía. Un autor que conjuga en sus páginas un momento crucial del país, que a la vista de muchos críticos pareciera que las circunstancias actuales se han apoderado de la literatura, tema que ha desatado debates a favor y en contra como el de Rafael Lemus o Eduardo Antonio Parra en un número de la Revista Literaria Letras Libres. SERIAL, llega a las manos de los lectores para cimbrar sensaciones desconocidas por el lector, donde el poeta alude a la realidad en cada poema.


SERIAL, es un poemario bienvenido que logró esa complicidad entre el ciudadano lector y el ciudadano poeta. Antonio Salinas y SERIAL no sólo son un faro en la literatura Guerrerense, sino un poemario de esperanza, de una realidad estética que se percibe en los poemas donde el fenómeno mediático del tema de la violencia viene por añadidura, una labor que el autor asume cuando menciona: Sin temor a equivocarme/ cuando acabe de escribir estas líneas/ ni tan líneas porque la vida a cada rato se interrumpe, / iré a tomar un trago. / Regresar y sabe Dios que pase después. / Estoy vivo porque mi ánimo lo dice/ o porque de plano mi pensamiento es necio como el alba. /


Una necedad que agradecen los oídos y los ojos por hacer hablar al poema y cito: Si aguzo el oído, / es el aire que viene de regreso, / porque hasta el viento tiene una esquina por donde no pasa/.


Queda aquí en las manos del lector SERIAL un poemario con más de siete vidas igual a las de un gato, poemas donde todos pueden asomar el rostro. Antonio Salinas Bautista deja testimonio de una ciudad, una postal de avenidas y pólvora, donde también existen citando al autor: Los puentes peatonales para colgar el alma/. Es SERIAL, la primera plana en los diarios de algún puerto.